Mito 3: Por qué sí hay que entrenar la mente. Ningún resultado llega solo.


    Quién no ha escuchado decir a un padre:“Mira con tan solo doce años todo lo que sabe hacer, vamos a contratar a alguien para que entrene más. Seguro que con eso llega a profesional”. Presionamos desde muy pequeños a los niños para que practiquen más y sean mejores. Pero la gran mayoría de los padres tan solo se centran en la parte física, técnica o táctica de sus hijos. Cuando, en realidad, no es lo único que influye en el rendimiento deportivo de éstos. De hecho, en una gran cantidad de ocasiones el entrenamiento invisible es el que marca la diferencia entre ser un buen jugador y un excelente jugador.
    Dentro de este entrenamiento invisible no solo entran los estiramientos, recuperación, nutrición, higiene, etc. También entra un aspecto que muchos suelen olvidar o dejar de lado... la preparación psicológica.
    Actualmente cada vez se le está dando más importancia a este área. Sin embargo, creo que hay algo de la psicología que la sociedad no acaba de entender. Quiero poner un ejemplo llevándolo al ámbito deportivo, puesto que es algo que ocurre constantemente. 
    Una gran cantidad de entrenadores dicen o creen no necesitar psicólogo en su equipo, ya que no le ven el sentido ni las ventajas. Ahora quiero que nos pongamos en contexto. Imaginemos que sí que hay psicólogo en el equipo, ¿cuántas horas creen que  pasan los jugadores y los entrenadores con él...? Os lo diré yo: ni un tercio de lo que entrenan su forma física, técnica o táctica. Y es más, la gran mayoría cuando están trabajando con el psicólogo no se lo toman ni en serio. Entonces, ¿cómo queremos comparar o si quiera ver los beneficios de la psicología?
    La mente, al igual que pasa con el cuerpo, hay que entrenarla y eso requiere TIEMPO. No podemos querer mejorar todos los conflictos de los jugadores solo por tener psicólogo y trabajar con él de vez en cuando. Para que esto funcione, al igual que ocurre con la parte física, técnica y táctica, se necesita que el jugador se comprometa a ello y le dedique horas.
    Al igual que el jugador no nació sabiendo tirar a puerta, tirar un tiro libre, defender, nadar en estilo crol, hacer un revés, etc., tampoco nace sabiendo controlar sus emociones (por ejemplo).
    A lo largo de la vida hemos visto constantemente grande deportistas que le deben su éxito a un cambio en sus hábitos deportivos conseguidos a través de trabajo psicológico. Y es que son una gran cantidad de beneficios los que pueden ayudar al deportista, como puede ser aumentando su compromiso, aprendiendo a gestionar sus emociones, a cambiar su foco atencional, aumentar su autoestima o motivación, etc.
    Pero esto va más allá, la psicología sobre todo da una gran importancia a la salud mental del deportista. Pues ser deportista de alto rendimiento es mucho más difícil de lo que nos podamos imaginar: requiere situaciones extremas y diversas, sin apenas poder permitirse errores, despistes y sobre todo manteniendo siempre una rutina estricta. Imagínese levantándose todos los días a las 6 de la mañana, entrenando unas 5/6 horas diarias, más preparación de comidas, sesiones de fisioterapia, estiramientos, crioterapia, etc. ¿De verdad creen que el deportista tiene siempre la motivación para ello? Este estilo de vida requiere pasión y sacrificios, pero sobre todo constancia, disciplina y compromiso, algo que gracias a la psicología se puede mejorar. Mantenerse todo el tiempo a este nivel tiene un precio que los deportistas tienen que pagar. Y por lo general, si el deportista no cuenta con buenas habilidades mentales puede acabar generando desgaste en él y problemas de salud mental (tales como el conocido "bournout", ansiedad, estrés, etc.). Lo cual puede influir en su carrera deportiva e incluso ser la que culmine con esta. Porque... 
"Lo realmente importante no es llegar a la cima; sino saber mantenerse en ella" - Alfred de Musset.

                                    

Comentarios

Entradas populares