Atención

   
    Si estás leyendo esto es, sencillamente, que nos estás prestando atención. Y es que la variable que hoy os presentamos es una de las más conocidas y más utilizadas en nuestra vida diaria. No en vano, la atención es algo así como la piedra angular de nuestro cerebro, ya que es la variable que nos hará falta para poner en marcha todo lo demás. Es decir, que prestar atención es algo así como el primer paso, a partir del cual podremos hacer aquello que nos habíamos propuesto. 
    Desde la Psicología, se han escrito muchas definiciones de la Atención, siendo una de las más utilizadas la propuesta por Tudela en 1992: La atención es el mecanismo central de capacidad limitada cuya función primordial es controlar y orientar la actividad consciente del organismo de acuerdo a un objeto determinado. Sí, vale, de vez en cuando los científicos hablan de una forma un tanto retorcida, ¿no os parece? Vamos a intentar aclarar un poco estas palabras: 
    "Mecanismo central": eso que os comentábamos de la piedra angular. La atención es algo así como el director de orquesta de nuestro cerebro, la variable que permite que todas las demás funcionen correctamente: "controlar y orientar la actividad consciente". Pero si hay algo que resulta realmente interesante en esta definición es que dice que la atención tiene "capacidad limitada", lo cual es un punto fundamental para entender esta variable. Y es que la atención se compone de una serie de recursos limitados, así que, cuando alcancemos su límite, la atención no podrá captar nada más del ambiente. ¿No os ha pasado alguna vez que os concentráis tanto en algo que ignoráis por completo todo lo demás? Pues he aquí la idea: como hemos focalizado todos nuestros recursos en ese algo, no queda nada para poder atender al resto. Y como no lo atendemos, no lo procesamos: así de simple. 
    Por otro lado, tenemos la concentración, que es la capacidad de centrar nuestros recursos atencionales en los aspectos relevantes de una tarea, ignorando o eliminando todo lo demás. Por tanto, la concentración no es más que una forma de utilizar nuestra atención. Lo mejor de todo esto es que la atención, y la concentración por extensión (ey, ¿habéis visto qué cantidad de palabras agudas se pueden utilizar de golpe? 😂) se pueden aprender y mejorar con la práctica. Es una capacidad que se puede entrenar. 
    Tal vez ahora un deportista de pregunte para qué le sirve entrenar la atención. Dependiendo de la disciplina que practique, será más o menos consciente de lo importante que es esta variable, pues igual que siempre, cada deporte cuenta con unas demandas diferentes. Aún así, seguro que cualquiera que nos esté leyendo ahora mismo sabrá por qué es importante estar concentrado, ¿verdad que sí? Seguro que se lo ha oído decir más de una vez a algún entrenador... En cualquier caso, sólo por dejarlo claro, aquí tenemos algunos ejemplos en los que la atención es el factor decisivo: 
  • Nos permite estar alerta. 
  • Podemos recibir y asimilar la información gracias a ella. 
  • Es la encargada de analizar datos. 
  • ¡Y también de la toma de decisiones!
  • Además, nos ayuda a actuar a tiempo. 
  • Y, sobre todo, actuar con precisión. 
    Así es como suena de forma genérica, pero ¿por qué no pruebas a aplicar estas consignas en tu propio deporte? ¿Cómo de importante es para un futbolista la toma de decisiones durante un partido? ¿Un arquero no quiere siempre actuar con precisión? ¿Y a un jugador de voley, no le interesa estar alerta? Podría seguir con más ejemplos, pero es que, de un modo u otro, la atención está presente en todos los deportes, aunque sea con variaciones de uno a otro. ¡Seguro que se te ocurren muchísimos más ejemplos! 
    La atención, por otra parte, puede aparecer de formas diferentes, por lo que no es extraño que se haga uso de ella de forma diferente en una disciplina que en otra. Normalmente, la atención se divide en tres representaciones posibles: selectiva (elegir en qué se focaliza concretamente), sostenida (mantener la atención focalizada durante un periodo de tiempo largo) y dividida (prestar atención a varias cosas a la vez). Y siempre teniendo en cuenta que los recursos son limitados: cuando los gastemos, no podremos seguir realizando esa acción hasta que los recuperemos. 
    Para ir terminando, nos gustaría hablaros del perfil atencional de los deportistas, de la forma en la que pueden utilizar sus recursos para alcanzar su mejor rendimiento. Este perfil se divide en cuatro categorías, a saber: ancho, estrecho, interno y externo. Dependiendo de cómo sea el estímulo (que venga de dentro o de fuera) y de la cantidad de recursos que necesite (más o menos), se localizará en algún punto deInntro de la gráfica:

    Como siempre, habría que analizar cada deportista en concreto cada momento en concreto. Pero, en general, se moverá dentro de estas dos dimensiones, y probablemente encuentre una tendencia en su disciplina. Sabiendo de cuál se trata, le resultará sencillo entrenar ese tipo de atención para conseguir los mejores resultados. 
    ¡Y colorín colorado, hasta aquí nuestra presentación de la atención! ¿Y qué es lo mejor de todo esto? Pues que, si nos has leído atentamente hasta aquí, es que has hecho un buen uso de tus recursos atencionales y, sobre todo, los has entrenado y los has mejorado 😉.

Comentarios

Entradas populares